Virus, infecciones bacterianas o parasitarias, son algunas de las afecciones o enfermedades que el viajero puede adquirir al viajar especialmente a un país extranjero y a zonas en vías de desarrollo. Cada región tiene sus propios riesgos.
Jet Lag
Actualmente es posible desplazarse en un corto período de tiempo a grandes distancias, y eso produce el paso de varios husos horarios. Agregando las esperas en los aeropuertos, las horas de vuelo, el arribo a un ambiente desconocido, cambios de clima y alimentación, el pasajero puede sufrir fácilmente de estrés, náuseas, diarreas o estreñimiento, fatiga e insomnio, siendo variable la duración de estas molestias, según cada persona, habitualmente pasajeras en unas cuantas horas.
Altitud (Mal de altura)
Estar en grandes alturas puede provocar alteraciones por la falta de oxígeno, variaciones de la temperatura y aumento de la actividad física. Por eso es aconsejable que aquellos viajeros que padecen una enfermedad crónica consulten con su médico de cabecera antes de realizar el viaje. El denominado Mal de altura suele surgir por encima de los 3000 metros en ascensos graduales, o por encima de los 2500 metros en personas que pasan directamente del nivel del mar a grandes altitudes (que es lo más habitual). Los síntomas más frecuentes aparecen entre las 4 y 8 horas de la llegada y son los siguientes: dolor de cabeza, insomnio, mareos, náuseas, falta de apetito y cansancio. Todos ellos desaparecerán gradualmente con el descenso y analgésicos comunes, sin embargo pueden durar varios días. A veces, estos síntomas pueden ser de gran intensidad y con complicaciones cardiopulmonares que requieren una urgente atención médica y el descenso inmediato de la altura. Para tener una referencia de las alturas a las que el viajero llega habitualmente en forma directa desde el nivel del mar, mencionamos ciudades como: Cuzco (Perú) a 3200 metros, La Paz (Bolivia) a 4200 metros, Quito (Ecuador) a 2850 metros y Bogotá (Ecuador) a 2600 metros.
El cuidado con las aguas
Los cursos de agua dulce, lagos, canales en los trópicos, pueden estar infectados por larvas que penetran en la piel provocando diversas afecciones. Evita lavarte y bañarte en aguas que puedan estar contaminadas por excrementos humanos o animales, ya que pueden ser vía de infección en ojos, oídos e intestinos. Llas piscinas con agua clorada son las únicas seguras. En agua de mar, en principio, no existen estos riesgos, pero es recomendable informarse si está permitido bañarse y no supone peligro para la salud. Las picaduras de medusa pueden provocar fuertes dolores e irritaciones en la piel. Existen lugares donde a los bañistas se les sugiere algún tipo de calzado apropiado que los proteja de mordeduras y picaduras de peces, dermatitis por los corales y contra los mariscos, crustáceos y anémonas de mar toxicas.
Diarrea del Viajero
Es la dolencia más frecuente en los viajeros (hasta un 40% de los que viajan a regiones tropicales). Se produce generalmente por bacterias que se adquieren a través de los alimentos o bebidas contaminadas. Aún no siendo grave, puede obligar a modificar el viaje previsto, siendo Los niños y las personas de la tercera edad los más vulnerables en general, como los viajeros con inmunidad deprimida por diversas causas.
Algunas precauciones con los alimentos y bebidas (medidas básicas de higiene sugeridas)
- Lávate las manos con frecuencia, sobre todo antes y después de comer, al manipular alimentos y al ir al baño
- Consume sólo leche y derivados lácteos pasteurizados. Ten cuidado con los quesos frescos
- El agua corriente no ofrece en todos los sitios garantías de seguridad, siendo un elemento que puede desencadenar diarreas severas, por lo que es aconsejable que bebas agua embotellada o debidamente tratada. Las bebidas calientes y refrescos envasados son más seguros
- No uses cubitos de hielo que no hayan sido preparados con agua segura
- Presta atención a la repostería y a los helados, que pueden ser origen de enfermedades
- Evita consumir pescado y mariscos crudos, en algunos países se ofrecen ciertas especies de peces y mariscos que pueden contener potentes biotoxinas, que incluso cocinados, pueden provocar graves trastornos digestivos
- Trata de ingerir comidas suficientemente cocidas y servidas calientes
- Debes tener cuidado con las salsas y preparados que contengan huevos crudos
- Evita comer las frutas crudas, y en lo posible, quítales la piel personalmente
- Evita en determinados sitios, la comida ofrecida por vendedores ambulantes
Enfermedades de transmisión sexual
Estas enfermedades, incluida la hepatitis B y el HIV Sida, han continuado aumentando en todas las estadísticas y existen prácticamente en todos los países del mundo. Las medidas de prevención en el extranjero, son las mismas que se deben adoptar en el país de origen del viajero. Es importante recordar que no existe peligro de transmisión de SIDA, por el hecho de viajar en transportes públicos, saludos habituales, utensilios de comida, uso de baños públicos o por picadura de mosquitos u otros insectos. Especial cuidado se debe adoptar al ser utilizadas agujas para realizar tatuajes o acupuntura, ya que estos pueden estar adecuadamente esterilizados, en sitios poco reconocidos.
Estreñimiento
Es normal la aparición de estreñimiento durante un viaje, y es mayor en personas que habitualmente lo padecen. Generalmente este síntoma, casi siempre pasajero, se produce por la inmovilidad prolongada en asientos de vehículos (aviones, buses, automóviles), deshidratación, modificaciones en los hábitos alimenticios y transgresiones dietéticas. Suele ser una molestia pasajera que revierte sin necesidad de tratamiento alguno. Lo mismo suele ocurrir con los “dolores abdominales”, más frecuentes en personas susceptibles, y que acostumbra ser provocado por el abuso de condimentos picantes, consumo de bebidas alcohólicas y frutas ácidas. En ambos casos, una dieta apropiada resuelve el problema.
Pasajeros con afecciones crónicas (Sugerencias generales)
Independientemente de la enfermedad, el viajero con un problema de salud crónico debe tener en cuenta las siguientes sugerencias:
- Llevar una identificación accesible que permita conocer la enfermedad que padece
- Planificar con tiempo y su médico para tomar las medidas oportunas
- Llevar medicación suficiente para la duración del viaje
- Llevar un breve resumen, en lo posible en inglés, explicando diagnóstico y tratamiento
Viajero Diabético
Es fundamental llevar por duplicado (equipaje de mano y maleta) medicación y material necesario para el control de la glucosa (jeringas o lancetas descartables, tiras reactivas, etc). Llevar en la cartera o mochila un alimento para prevenir o tratar rápidamente una hipoglucemia. Durante el viaje se debe respetar el horario de las comidas, cuidando las dosis de insulina, (en caso de usarla) ante excesos o falta de alimentos adecuados. Tener en cuenta que puede ser necesario, según el destino al que se viaja, ajustar la dosis del antidiabético usado habitualmente. El viajero diabético deberá extremar los cuidados con los excesos en la actividad física y tener en cuenta el calzado que usa, traumatismos o heridas en playas o piscinas, entre otras cosas, evitando las complicaciones derivadas por éstas en el pasajero diabético
Viajero con enfermedad cardiovascular o respiratoria
En general se desaconseja viajar a personas con insuficiencia cardíaca, arritmias o angina de pecho, hasta por lo menos pasados 3 meses del episodio agudo, debiendo estar estabilizados antes de emprender su viaje. Después de un infarto agudo de miocardio o accidente vascular cerebral reciente, deben esperar antes de viajar en avión, a que su enfermedad se estabilice entre 4 a 6 semanas en el caso de un infarto de miocardio y entre 2 a 6 semanas en el accidente cerebro vascular agudo. Por supuesto que el médico personal es el responsable final, quien deberá autorizar o retrasar el viaje previsto en todos los casos. Los viajeros con marcapasos deberían llevar un electrocardiograma reciente y una identificación del marcapaso implantado. Los detectores de los aeropuertos habitualmente no suelen alterar el funcionamiento de los mismos. Los pasajeros con dolencias respiratorias crónicas, Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), enfisema pulmonar, broncopatías a repetición o manifestaciones respiratorias alérgicas, entre otras, deberán tener en cuenta todas las sugerencias mencionadas, en especial cuando visitan ciudades a mucha altura del nivel del mar, climas con variaciones térmicas muy amplias o sitios con elevados valores de humedad siendo aconsejable, en todos los casos, consultar con su médico de cabecera previamente al viaje para obtener un consejo acerca de este tema.
Viajero alérgico
Los pasajeros que tengan antecedentes alérgicos como rinitis, dermatitis, bronco espasmo respiratorio, erupciones cutáneas, etc., deberán extremar las precauciones, especialmente visitando zonas o regiones con polución ambiental importante. Asimismo deben precaverse ante la picadura de insectos, mosquitos, garrapatas (endémicas en algunas zonas) o evitar, en lo posible, el contacto con ciertos alérgenos presentes en abundancia en diversos lugares, tanto en balnearios y playas, como campiñas silvestres. No olvidar que tanto la primavera como el otoño, son las estaciones del año en que aparecen y/o recrudecen los síntomas de las alergias. Recordar que la exposición exagerada al sol, puede provocar fenómenos de alergia, foto sensibilidad y hasta quemaduras significativas, por lo que se sugiere protección con cremas adecuadas y hacer un uso racional del mismo. Esta sugerencia es singularmente importante para tener en cuenta en los países tropicales, y también para los viajeros rumbo a la montaña, en especial, durante la permanencia en la nieve, ya que esta última también provoca lesiones como las descritas anteriormente. Se sugiere protección especial de la cabeza con gorros y sombreros, gafas para sol y ropa adecuada al clima reinante.
Un aporte del Dr. Alberto Imposti / Assist1 México Asistencia al Viajero